Mikel Legarda, portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Vasco EAJ-PNV, ha recordado hoy al Ministro del Interior las competencias de la CAPV en materia de seguridad, como son la garantía de los derechos y libertades de los ciudadanos a través de la Ertzaintza, la ejecución de la legislación penitenciaria y la gestión de los centros penitenciarios, aún pendientes de transferencia, y le ha instado a “retomar el diálogo en la Junta de Seguridad para restaurar la confianza quebrada con las instituciones del Estado en el ámbito de la seguridad”.

En este sentido, Legarda ha explicado que hay cuestiones “sensibles pendientes” a debatir en la Junta de Seguridad, como la regeneración de las plantillas de la Ertzaintza, una “cuestión clave”, a juicio de Legarda, y la coordinación policial operativa y estratégica, “imprescindible”. “La incorporación plena de la Ertzaintza al Centro de Inteligencia Contra el Terrorismo y el Crimen Organizado tiene que hacerse efectiva”, ha asegurado.

Además, en la comparecencia del Ministro del Interior ante la Comisión homónima, Mikel Legarda ha pedido “hablar de manera honesta sobre la adecuación de funcionarios policiales en concordancia a las funciones que el bloque de constitucionalidad le otorga” y le ha pedido pasos en el proceso de normalización tras el fin de la violencia de ETA.

“Se hace preciso un final ordenado de la violencia, porque un final desordenado tiene consecuencias imprevisibles para la promoción de una convivencia renovadora”, ha señalado Legarda. “Si no lo hacemos, lastramos el futuro porque deja en precario el reconocimiento del mal causado a la víctimas, que lo tiene que hacer ETA; deja en el aire la articulación de una memoria que conlleve una pedagogía compartida para la convivencia; y deja en suspenso la consolidación de un contexto sin pretextos para impulsar otra política penitenciaria y de reinserción”, ha asegurado. Por el contrario, el Diputado jeltzale ha reclamado “un final ordenado que gire sobre cuatro ejes: una exigencia a ETA, un certificado unilateral, irreversible, incondicional, verificable y definitivo tanto de su desarme como de su desaparición; una reflexión crítica frente a toda forma de terrorismo y vulneraciones de dos humanos causados en el pasado; un compromiso de verdad de reparación y reconocimiento del daño injusto causado a todas las víctimas; y la activación de una convivencia orientada a la convivencia y la reinserción”.

Por último, Mikel Legarda ha señalado que la Ley de Seguridad Ciudadana, “convendría sustituirla por otra Ley, repensarla y modificarla” porque ha dejado al ciudadano en una situación “mucho más inerme”.