El PNV presenta una iciativa en las Cortes Generales para exigir al Estado que asuma sus responsabilidades con relación al colectivo de las viudas y asegure la suficiencia económica de las pensiones de viudedad para que no se constituyan en el último eslabón de la cadena de discriminación hacia la mujer." />
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Sala de Prensa

23/10/2004

LAS PENSIONES DE VIUDEDAD: ULTIMO ESLABON DE LA CADENA DE DEPENDENCIA PARA LAS MUJERES





El PNV presenta una iciativa en las Cortes Generales para exigir al Estado que asuma sus responsabilidades con relación al colectivo de las viudas y asegure la suficiencia económica de las pensiones de viudedad para que no se constituyan en el último eslabón de la cadena de discriminación hacia la mujer.

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1. SITUACION EN EUSKADI

En estas dos últimas décadas hemos protagonizado un cambio en el modelo económico y social que nos ha llevado a unos parámetros excelentes. La renta media de la ciudadanía vasca ha pasado del 86% de la renta media europea en 1986 al 107% en la actualidad (2003). Hemos duplicado en este tiempo el PIB per cápita.

Esta situación de bonanza, de convergencia con los parámetros de riqueza europeos, convive en Euskadi con la existencia de más de 100.000 viudas que viven con una pensión media de viudedad de 430 ? (70.000 antiguas pesetas).

El salario suelo, lo que se considera el salario mínimo para vivir, el SMI se cifra para 2004 en 490,80 ? (80.000 pesetas).

2. LA SOCIEDAD NO RECONOCE EL PAPEL DE LA MUJER

Esta situación, que ocurre a las mujeres, es claramente el reflejo de una cadena de situaciones de dependencia que la mujer –-por el mero hecho de ser mujer-- viene protagonizado a lo largo de su vida.

La mujer --trabajando o no fuera de casa-- es la que ha venido asumiendo las cargas de dependencia de la sociedad. El cuidado de hijos, padres, enfermos y ancianos.

Y es este papel de cuidadora de los dependientes a su alrededor lo que ha condicionado a lo largo de su vida su relación con el mercado de trabajo (las bajas tasas de actividad, la precariedad, los más bajos salarios, su dedicación parcial…), su relación con las cotizaciones y por fin, su relación con las pensiones de la Seguridad Social, cuando es ella la que pasa a situación de dependencia, momento en el que - por esta trayectoria de vida- acaba accediendo a los niveles de protección más débiles.

En definitiva, las mujeres, al asumir estas cargas de la sociedad, realizan un papel insustituible que la sociedad a través de su sistemas públicos no sólo no acaba de reconocerles sino que, además, es la propia sociedad la que, a través de su sistema de pensiones, acaba constituyéndose en el eslabón final de la cadena de la dependencia y la discriminación.

3.- TRANSFORMACION ECONOMICA, TAMBIEN PARA LA MUJER.

Estamos en momentos de cambios y nuevas configuraciones. Estamos en lo que se ha venido en llamar la Segunda Transformación Económica de Euskadi, en la que una de las referencias básicas lo va a constituir el desarrollo de un sistema de solidaridad serio.

Hemos pasado ya el momento del parcheo y las componendas. Hemos llegado a la mayoría de edad social y política, y ha llegado el momento de superar la fragmentación actual en el sistema de prestaciones producto del posicionamiento de la Administración Central que, o bien ha hecho caso omiso de las propias previsiones estatutarias –donde dice que “La Comunidad Autónoma asumirá la gestión del régimen económico de la seguridad social…”-- , o bien ha ido poniendo palos en las ruedas de las competencias asumidas, caso, por ejemplo, de las leyes de ordenación del seguro, la legislación abusiva sobre Planes y Fondos de Pensiones…etc. El resultado de esta concurrencia de actuaciones y las limitaciones añadidas por la utilización abusiva de leyes básicas ha configurado en Euskadi un modelo de protección social ineficaz y fraccionado.

Es el momento, pues, de desarrollar una política integral de bienestar que posibilite alcanzar la convergencia con Europa, también en materia de gastos de protección social por habitante, todo ello sin perjuicio de la solidaridad con el resto del Estado.

Hoy exigimos al Estado que asuma sus responsabilidades, actualmente y con relación al colectivo de las viudas, asegure la suficiencia económica de las pensiones de viudedad y no se constituya él mismo en el último eslabón de la cadena de discriminación hacia la mujer.
Nuestro Grupo Parlamentario