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Crónicas

20/11/2006


Trabajo gratificante

A menudo nos suelen preguntar los amigos y conocidos de Euskadi si nuestro trabajo en Madrid es gratificante. Y la respuesta depende del estado de ánimo con que a uno le pille porque hay que reconocer que en ocasiones te encuentras en tu trabajo con una especie de muro de hormigón armado rígido e inflexible imposible de mover un ápice a través de la negociación o el consenso. Pero otras veces es diferente, bien porque las mayorías no son absolutas pero sobre todo porque contar con el voto del Grupo Vasco en Madrid es un valor importante para el gobierno que sabe que en muchas ocasiones representa una referencia para el resto de los grupos minoritarios.




Esta semana ha sido una de las buenas. Se han discutido los presupuestos en el Pleno y no nos ha ido mal. Además de acuerdos estratégicos para Euskadi que irán apareciendo públicamente las próximas semanas, hemos sido capaces de arrancar una importante cantidad de dinero en inversiones (70 millones €) en I+D que teóricamente sigue siendo competencia del Estado. Y ello ha sido posible porque Euskadi tiene un Partido que no tiene su sede central en Madrid. Seguro que a muchos diputados vascos de otros partidos como el PSOE y el PP les gustaría que sus peticiones se vieran reflejadas en el presupuesto pero en la realidad no tienen ningún poder para conseguirlo. En efecto, el presupuesto se decide en Moncloa y las peticiones, si las hay, de diputados de Granada, Palencia o Bizkaia no valen una higa porque, en el caso del PSOE, los jefes ya tienen asegurado su voto a cambio de nada y porque, en el caso del PP, además de lo anterior la oposición al gobierno es absoluta y no tienen posibilidad de negociar.

Sin embargo, cuando el EAJ-PNV pide algo, sea una gran infraestructura para Euskadi, una inversión para un Ayuntamiento, un centro tecnológico o una asociación, sus siete votos tienen un valor multiplicador. A menudo pienso en esos diputados de Palencia, Soria, Teruel o Cuenca, que son meros autómatas a la hora de votar y que no pueden hacer política alguna para las circunscripciones que representan puesto que se deben absolutamente a la disciplina de grupo. Sabiendo cómo funciona esto si yo fuera elector de esas circunscripciones casi se me quitarían las ganas de votar.

Nosotros sí podemos representar a nuestro país y ponerlo en valor. Por eso la presencia del EAJ-PNV es fundamental en Madrid. Porque sin él Euskadi centraría tan nimio interés y estaría tan poco representado como Palencia, Soria, Teruel o Cuenca.

Sí, la conclusión es que nuestro trabajo resulta en conjunto gratificante.

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